José Gregorio Hernández Cisneros, nació el 26 de octubre de 1864 en Isnotú, una pequeña y humilde localidad del estado Trujillo. Fueron sus padres Benigno María Hernández Manzaneda y Josefa Antonia Cisneros Mansilla.
Inició sus estudios de medicina en el año 1882 en la Universidad Central de Venezuela, graduándose con el título de Doctor en Medicina, el 29 de junio de 1888. Hablaba inglés, francés, portugués, alemán e italiano, dominaba el latín y tenía conocimientos de hebreo. Era filósofo y músico con profundos conocimientos en teología. Cursó estudios en Europa y se preparó en Microbiología, Histología Normal, Patología Bacteriología y Fisiología Experimental.
Al regresar a Venezuela se instaló en Caracas, pero lo que lo caracterizaba era la devoción y el amor con los que atendía a sus pacientes; en algunas ocasiones no percibía ningún ingreso por las consultas, y si el paciente no tenía como pagarle o comprar las medicinas, en algunos casos no les cobraba y adquiría los medicamentos para ellos. Desde ese momento ya era considerado un santo.
Su Beatificación fue aprobada por el Papa Francisco el 18 de junio del 2020 y su canonización se encuentra en proceso.
Fue un maestro innovador y exigente, que estimuló el interés y la curiosidad de sus alumnos por el avance de la ciencia. Su legado pedagógico se refleja en las generaciones de médicos y científicos que se formaron bajo su tutela y que tuvieron el privilegio de pasar por sus aulas y tomarlo como ejemplo de generosidad, entrega a su profesión, y amor hacia lo más necesitados.