Posiblemente has oído hablar o utilizado aceites medicinales, los cuales brindan enormes beneficios para la salud. Estos, son el resultado de un procedimiento de destilado mediante vapor de agua y son extraídos de plantas, hojas, semillas, flores, cortezas y árboles; como en los casos del Aceite Alcanforado y el Aceite de Palo. Ambos aceites cuentan con propiedades capaces de aliviar diversas dolencias y a continuación te explicamos los beneficios de cada uno:
Aceite Alcanforado
Se encuentra en la madera del árbol alcanforero cinnamomum camphora, un enorme árbol perenne originario de Asia (particularmente de Borneo, de donde toma su nombre alterno «Árbol de Borneo»), y en algunos otros árboles de la familia de las lauráceas.
Beneficios:
• Alivia dolores en las articulaciones (reumatismo o artritis).
• Reduce el dolor en contusiones, esguinces o golpes.
• Calma molestias musculares.
• Descongestiona y expulsa las flemas aplicándose mediante fricciones.
• Desinfecta heridas.
• Sirve para tratar hongos en la piel o en las uñas.
• Repele insectos y piojos.
• Alivia las molestias por picaduras de mosquitos.
• Ayudar en problemas de la piel como el acné o erupciones.
• Fortalecer el sistema inmunitario (como antimicrobiano).
• Se usa para relajar el cuerpo mediante masajes, en combinación con otras plantas como la lavanda, manzanilla o albahaca.
Aceite de palo
Los árboles de los cuales se extrae pertenecen a la cuenca del Amazonas y se encuentran principalmente en Brasil, Bolivia, Colombia, Perú y Venezuela.
Entre sus múltiples propiedades, destacan:
• Acción antiinflamatoria.
• Efecto cicatrizante.
• Sirve como antiséptico.
• Relajante físico.
• Alivia al asma y la jaqueca.
• Funciona como desodorante.
NOTA: La aplicación para ambos aceites se realiza de manera tópica o externa
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