La piel es el órgano más grande del cuerpo humano y tanto el cabello como las uñas, las glándulas sebáceas y sudoríparas conforman un sistema llamado “Sistema Tegumentario”; el cual protege a nuestro organismo contra factores externos como bacterias, temperatura y sustancias químicas.
Al tener una piel sensible, este tipo de dermis nos hace vulnerables a los factores antes mencionados y, por ser muy delicada, requerirá cuidados especiales; ya que este tipo de piel se caracteriza por una alteración de su barrera protectora causando intolerancia a agentes externos o a determinados productos cosméticos. Diversos estudios han determinado que las condiciones ambientales como los cambios repentinos del clima, los rayos solares y los factores genéticos pueden incidir en esta condición.
Otros estudios señalan que, en promedio, el 50% de las mujeres y el 30% de los hombres en algún sufren de sensibilidad en la piel en algún momento de sus vidas.
¿Cuáles son las principales características de una piel sensible?
• Irritación y enrojecimiento.
• Reacción adversa a determinados productos cosméticos.
• Sensación de picor o ardor.
• Resequedad y descamación.
¿Qué cuidados debes tener ante una piel sensible?
• Elige productos especialmente indicados para pieles sensibles y delicadas.
• Hidrata y humecta la piel frecuentemente.
• Antes de usar un producto nuevo, realiza una prueba de alergia.
• Evita usar productos con ingredientes irritantes.
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