La naturaleza es tan sabia y prodigiosa, y el ser humano es tan privilegiado al tener a su disposición elementos obtenidos de ella que le proporcionan un cúmulo de beneficios y que pudieran ser etiquetados como “esenciales” en temas de salud y bienestar. El aceite de coco es uno de esos productos cuyos componentes base se extraen fundamentalmente de la grasa originada en la pulpa del coco. Su utilización es amplia tanto en la ingesta alimentaria como en el campo de la industria y la cosmetología. En el caso del aceite de coco comestible, su consumo debe ser limitado dados sus elevados niveles de grasa saturada, que propenden a incrementar el colesterol (LDL) y por ende, pueden generar problemas cardiovasculares con sus consecuentes riesgos. Cabe destacar que también existe una versión cosmética de dicho aceite, como lo es en nuestro caso.
El aceite de coco o manteca de coco, como se le conoce igualmente, debe ser consumido con moderación en materia alimentaria. Su utilización es multifacética, ya que en la cocina está presente en diversas frituras y su sabor es similar al de las almendras. En la industria, sirve como combustible de motores diesel, lubricante, herbicida, etc. Cosmetológicamente hablando, hidrata la piel, sirve en el tratamiento de lesiones dérmicas como el acné, es excelente para realizar masajes terapéuticos, aporta proteínas en el tratamiento para el cabello, ayuda en la prevención de la alopecia y es un ingrediente base en la producción de jabón, entre muchos otros beneficios. Cabe destacar que es importante consultar a un dermatólogo antes de su uso si padecemos algún antecedente alérgico.
Hay experiencias que afirman que, este aceite vegetal es capaz de provocar la pérdida de peso, reducir la presión arterial, los efectos de la glucosa en la sangre y las enfermedades coronarias. Es un propulsor energético, puede disminuir asimismo, los estragos del envejecimiento (arrugas) y los impactos que origina el Alzheimer. El aceite de coco aporta múltiples propiedades concentradas en un solo producto, cuyos beneficios están al alcance y disposición de los consumidores en pro de mejorar su salud física, alimentaria y cosmética.