En el seno de la Asamblea General de las Naciones Unidas, se decretó el dos de abril del año 2008, el día para la concientización del Autismo o Trastorno del Espectro Autista (TEA); condición que afecta al cerebro desde el punto de vista funcional, provocando un desorden en el desarrollo del individuo, durante los primeros tres años de vida; incidiendo en las habilidades vinculadas con la comunicación, la interacción de orden social y comportamiento fisico – motor.
La diversidad de síntomas neuronales que el Autismo produce, se encuentran: la hipersensibilidad sensorial como la auditiva, derivando en reacciones fuera del común regular; asociadas con el gusto, el olor, el tacto, incluso el aspecto, el sonido, dificultades de entendimiento y comprensión, hábitos alimenticios insomnio, en virtud de la intolerancia a los cambios cotidianos, autolesiones, lapsos de concentración limitados, hiperactividad, repetición constante de palabras y formas de actuar, soledad, problemas de comunicación de sentimientos e intereses, gritos.
Los diagnósticos relacionados con esta condición de carácter neuronal, se tornan en la mayoría de los casos, muy difíciles. Se llevan a cabo a través de la observación, evaluando el comportamiento durante el proceso de desarrollo de los infantes en un período de 18 meses y un poco más, no se manejan pruebas en este sentido que puedan prolongarse por un tiempo mayor, no obstante, se dispone de tratamientos médicos, para apalear en parte, los efectos sintomáticos, a objeto de alcanzar mayor calidad de vida, mediante la incorporación de determinados enfoques; identificados como: conductuales; del desarrollo; educacionales; socio – relacionales; farmacológicos y psicológicos.
El primero se focaliza en el análisis de los períodos de comportamiento, para entender, el antes y el después, a los fines de dar respuesta a través del tratamiento médico. Por su parte el segundo, se concentra en mejorar la comprensión y uso del lenguaje. Al respecto, la terapia ocupacional, facilita el propósito de lograr estratos de mayor independencia en los pacientes, para asearse, vestirse, comer, interactuar. Igualmente, se utiliza la integración sensorial, a los fines de mejorar los estímulos abrumadores, mientras que la fisioterapia, destaca las destrezas físicas relacionadas con la capacidad motora.
Con relación al enfoque educacional; este se basa en la aplicación de herramientas en el ámbito educacional, para maximizar el aprendizaje visual. El socio – relacional, mejora las relaciones individuales y sociales, motivando tanto a parientes como terapeutas, a hacer uso del modelo de intervención, basado en los intereses personales. Por su parte el farmacológico, se fundamenta en la supervisión médica, ayudando en síntomas inherentes a la depresión, convulciones, ansiedad, problemas gastrointestinales y de insomnio. El psicológico, se centra en aprender las conexiones que convergen entre los sentimientos, pensamientos y comportamientos, a los efectos de modificar las situaciones que giran en torno al paciente, para cambiar las reacciones.
Proporcionar la ayuda temprana durante la etapa de desarrollo del infante, destacar la comprensión, integracion, empatía, independencia, propician la concientización social en el tema del Autismo o Trastorno del Espectro Autista.